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Como mejorar tu sexualidad

Dra. Evelin Veras Castillo
Especialista en Activación de Punto G Femenino

Maestría en Medicina de Rejuvenecimiento Cirujana Plástica Certificada.

¿Sabías que 70% de las mujeres padecen anorgasmia, otro 60% siente molestias durante el coito, mientras que 80% se sometió a una episiotomía durante el parto afectadas en la función vaginal?


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Como mejorar tu sexualidad

Como mejorar tu sexualidad

Importancia de la comunicación en la relación sexual

¿Cómo le digo lo que me gusta en el sexo?

“Me gusta” o “me incomoda” podrían ser las dos expresiones para iniciar un tema del que tanto se bromea en diversos espacios, pero que en la intimidad no se toca por vergüenza. ¿Y cómo mejoro el placer en la cama si no lo digo?

Hablar abiertamente hace que las relaciones sean más divertidas y satisfactorias, especialmente cuando ambos se comunican sobre sus necesidades de salud física, emocional, mental y sexual. No puedes esperar que un socio sepa lo que quieres y necesitas, a menos que se lo digas.

“Es que me gusta cuando me acaricias allí”; nuevamente regresamos a esa vergüenza de darle el nombre a lo que ya tiene. Si se nos hace difícil decir clítoris, vagina, pene y pare usted de contar; más se dificultará  pedirle a nuestra pareja “que me acaricie el clítoris de forma más suave”. Entre decir “la cosita” “Clítoris” “vagina”; trabajar con el hecho de no saber si me escucho grosera, grotesca o ridícula; y  no decir que me está doliendo, se me paso la ola del éxtasis máximo y peor aún, se repite la misma historia en el siguiente encuentro.

Y aunque hablar de sexo puede dar un poco de vergüenza, muchas personas descubren  que hacerlo libera un profundo respeto y aprecio por parte de  su pareja. Pero, citando la escena anterior, debes recordar que es una buena idea hablar sobre cualquier tema sexual y sobre tus expectativas especialmente antes de estar entre el calor de las sábanas.

Si se te ocurre hacer una aclaratoria durante el acto sexual  y te es imposible hablar, puedes utilizar tus manos para mostrarle sutilmente lo que quieres. Tener la conversación antes del acto sexual, ofrece mayores probabilidades de establecer límites y preferencias.

¡Respeta tus deseos! Aunque no lo creas, la mayoría de las personas llegan al acto máximo de la intimidad y atemorizadas por establecer parámetros como “usemos protección”, “no me gustan los golpes” o cualquier límite que proteja la integridad según cada gusto y además garantice el buen fluir del momento.

Una buena idea es que te valgas de la tecnología y le envíes un mensaje, canción, sticker  diciéndole “esta noche usa protección”, podrías usar emojis para hacerlo más ameno. De seguro abrirás la pista para que el tema se pueda desarrollar con mayores libertades. También pueden citar, ver o compartir alguna canción, película o folletos con contenidos eróticos y propiciar la conversación.

Disfruta propiciando momentos especiales y únicos. Recuerda que la sexualidad tiene un gran porcentaje de creatividad, esto además te hará salir de la peligrosa monotonía.

Cómo afecta la parte emocional de una mujer su sexualidad

¿Mi psicología puede afectar el desempeño sexual?

Aunque los especialistas advierten que la prevalencia puede ser mucho mayor de lo que se cree, 2 de cada 10 personas en el mundo, sufren de algún trastorno psicológico, según lo revela un estudio de The Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) y el Global Burden of Disease (GBD), Our World in Data.

Aunque no lo creas, la cifra está precedida por los hombres. Los trastornos mentales más prevalentes son ansiedad con 3.83%, depresión con 3.77% y  en tercer lugar los trastornos relacionados con el uso de alcohol.

Si bien es cierto que la salud física es importante para tener una buena salud sexual, las emociones tienen el mayor control de nuestra vida. Y si  no eres tú quien  lucha contra algún trastorno psicológico; probablemente alguien a quien amas incluidas aquellas con quien podemos estar involucrados sexualmente, padecen o han padecido, como mínimo de estrés.

A menudo pensamos en el sexo como algo que hacemos con nuestro cuerpo, pero gran parte de nuestra vida sexual tiene lugar en nuestro cerebro. Para todos los géneros, nuestros pensamientos y sentimientos juegan un papel vital en hacernos sentir excitados, además de dar rienda suelta a la actitud primitiva de buscar la recompensa del placer.

La ansiedad o la depresión pueden afectar fuertemente la excitación y definitivamente pueden arruinar el estado de ánimo. La ansiedad y otras luchas relacionadas con la salud mental pueden dificultar la relajación suficiente para tener o disfrutar del sexo, eclipsándolo con una gran cantidad de preocupaciones o distracciones intrusivas. Cuando estamos muy mal y luchamos solo por funcionar, el sexo rara vez está en la parte superior de nuestra mente.

La lucha contra las enfermedades mentales, en una variedad de formas, puede dañar la autoestima de una persona y hacerla sentir indigna de atención sexual. Por ejemplo, una persona puede tener una visión poco realista de su propio cuerpo y buscar activamente negar o disciplinar el cuerpo como una forma de afrontarlo. En estos casos, es importante amonestar las normas de belleza que nos muestran los medios de comunicación, alejarnos de la práctica de medirnos o definirnos, y tratar de redescubrir nuestro amor y aprecio por nuestros cuerpos y nuestro ser sexual.

El sexo real dista de ser la experiencia ficcionada y sobreactuada de Hollywood o de la industria del porno. Es  una acción mucho más compleja que incluye creatividad y risas, pero también confusión, errores, torpeza, malentendidos y una intensidad variable de deseo. Todas estas son partes saludables de la sexualidad. Si esperas verte o experimentar lo mismo que ves en la ficción, podrías ser víctima de la frustración. Lo tuyo podrá ser mejor siempre que tú lo decidas.

Dejar espacio natural para todo esto en nuestras relaciones, hace que sea más fácil desarrollarnos como seres con defectos y virtudes, alejándonos de la ansiedad y los pensamientos negativos generados por el estereotipo.

Lo más importante es empezar eliminando la presión del sexo, del orgasmo, del físico, y especialmente el autojuicio. Luego de hacer esta práctica que se lee fácil, pero requiere un compromiso real y diario contigo misma, pasa al compromiso de ser sensual contigo y con tu pareja,  sin planear que las cosas terminen en sexo penetrante, posiciones perfectas y un perfecto orgasmo. Solamente disfruta de tu erotismo y comparte los diferentes tipos de placer e intimidad con tu pareja.

Al cambiar el momento final del sexo, te permites explorar la variedad de experiencias sensuales tomando el enfoque inductor de ansiedad de las erecciones, penetración y orgasmos. Estos pueden incluir masajes en la espalda, masaje íntimo, cosquillas, abrazos, respiración sincronizada o simplemente abrazarse mientras están desnudos.

Para las personas, cuyas parejas están luchando con una enfermedad mental, pueden surgir varias preocupaciones comunes. Si tú pareja o tú sufren de baja libido o nivel de deseo, es normal sentirse frustrado o sentir que han hecho algo mal. Entiendo cómo estas frustraciones y temores pueden hacer que dudes de tu atractivo e inclusive afecte la autoestima de ambos. Es común que esta situación impacte la intimidad y la cercanía en la relación.

En estos casos, es realmente importante desenrollar las  líneas de comunicación y reconocer que la enfermedad, no la otra persona, se interpone en el camino de que ambos tengan una excelente vida sexual ¡No busque culpables! Al aliarse entre sí contra la influencia de la enfermedad mental, pueden trabajar juntos y superar el aislamiento o la culpa de la que se alimenta la enfermedad mental.

Debes ser sensible a las inquietudes de tu pareja con respecto a la salud mental. Es mejor pedir permiso antes de tratar de “arreglar” o “ayudar”. Si tu pareja está dispuesta a trabajar contigo, pueden crear estrategias, comprender y aceptar el efecto que la enfermedad mental podría tener en la relación.

Cuando te conviertes en un aliado de tu pareja y profundizas tu comunicación, es seguro que tu vida sexual se beneficiará. El buen sexo a menudo se basa en una gran conexión, y al trabajar en tu comunicación estás fomentando esa conexión.

Obtén educación: Logra “sexo positivo”

Una de las mejores cosas que puedes hacer por ti y por tu relación, cuando luchas con el bienestar mental y su impacto en tu vida sexual, es educarte. Esto se puede hacer a través de buenos recursos o yendo a un consejero o psicólogo «positivo para el sexo».

La positividad sexual es la afirmación de que la sexualidad es fundamentalmente algo bueno en la vida y no un acto travieso, vergonzoso o solo saludable en ciertos tipos de relaciones. Esta corriente afirma que la expresión de nuestro deseo, identidad de género y orientación sexual es una parte básica de un estilo de vida saludable.

Una buena educación sexual es necesaria para que podamos tomar decisiones sexuales informadas y mejorar la calidad de sexo. Es necesario trabajar aspectos de la sexualidad positivos, contemplando como un todo los placeres frente al orgasmo y la diversidad de prácticas eróticas frente al coito.

Todos tenemos derecho a disfrutar y apreciar nuestra sexualidad. ¡Haz tu mejor esfuerzo para no dejar que las enfermedades mentales te roben eso a ti y a los que amas!

Algunos tipos para mejorar la sexualidad de pareja

Uno de los mayores enemigos de la cama es el estrés, pues además de todos los problemas que genera en tu salud, disminuye la libido, produce insuficiencia de erección, ausencia de secreción vaginal e, incluso, eyaculación precoz.

El estrés es un mecanismo de supervivencia que se activa cuando tu cuerpo envía señales que dicen que no está seguro en este momento; entonces, ¿crees que es un buen momento para tener relaciones sexuales? Para muchas parejas la presión para mantener una vida sexual activa es una gran fuente de estrés; irónicamente  es la misma razón que les impide disfrutar del sexo en forma natural y sin presiones.

Programa tiempo para el sexo. Las parejas que mantienen relaciones felices a largo plazo priorizan el sexo e incluso lo plantean en sus agendas como asunto de relevancia. Hay quienes pensarán que esto no es realmente romántico; sin embargo es una excelente iniciativa que nos recuerda que todo lo importante en nuestra vida tiene un espacio protagónico no postergable; pero ten cuidado ¡No lo conviertas en obligación!

No aceleres el estrés.  Quieres tener sexo; tu pareja no; o eso parece. Es común que cuando alguno de los dos quiere tener sexo, no solo busque sentir el placer del orgasmo, sino de cubrir la necesidad de estar en intimidad, estar cerca y sentirse amado o  deseado; pero les da miedo el rechazo.

¿A qué estás diciendo que no? ¿Simplemente dices que no al sexo o a todo mi ser? Si tu pareja no parece interesada en el sexo, no debes asumir que es por falta de atracción; probablemente hay algún factor distractor como el estrés, agotamiento, fatiga. La mejor forma de afrontarlo  es dejar espacios para respirar, quiere decir entender y a cambio, ofrecer caricias no eróticas, una conversación o simplemente compartir algo que les guste a ambos. Presionar podría incrementar su estrés, generar otros problemas y empeorar la situación.

Cambio de hábitos. Consume alimentos ricos en Omega 3 que generan dopamina y favorecen el deseo sexual (nuez, aceite de oliva, atún);  las buenas  proteínas como carne o los frutos secos, aumentan los niveles de testosterona; las frutas, verduras y hortalizas siempre ayudarán a tu salud. También es recomendable que ejercites tu cuerpo, evites el consumo de drogas permitidas o no; recuerda que algunas medicinas pueden  generar trastornos en la sexualidad. Realiza prácticas de relajación como respiración profunda y anímate.

El sexo libera endorfinas y la oxigenación de la sangre combate los daños producidos por factores como el estrés. Te encantará saber que la masturbación es una práctica de protección anti estrés, gracias a su acción como ansiolítico natural. Es importante reconocer como normal que el deseo sexual puede fluctuar por lo que  debemos recurrir a medidas más sensitivas como los abrazos, besos y otros toques amorosos que aminoren los efectos del estrés.

En todo caso, lo mejor es acudir  a terapias de apoyo para que las expectativas no desemboquen en frustración.

Horario

Lunes a Viernes 9 am – 8 pm

Sábado 9 am – 6 pm

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